Abres los ojos y miras a tu alrededor, como si fuera la primera vez: ¿qué ves? ¿El cielo donde
brilla el sol o flotan las nubes, árboles, montañas, ríos, fieras, el ancho mar...? No, antes se te
ofrecerá otra imagen, la más próxima a ti, la más familiar de todas (en el sentido propio del
término): la presencia humana. El primer paisaje que vemos los hombres es el rostro y el rastro de
otros seres como nosotros: la sonrisa materna, la curiosidad de gente que se nos parece y se afana
cerca de nosotros, las paredes de una habitación (modesta o suntuosa, pero siempre fabricada, o al
menos arreglada, por manos humanas), el fuego encendido para calentarnos y protegernos,
instrumentos, adornos, máquinas, quizá obras de arte, en resumen: los demás y sus cosas. Llegar al
mundo es llegar a nuestro mundo, al mundo de los humanos. Estar en el mundo es estar entre
humanos, vivir —para lo bueno y para lo menos bueno, para lo malo también— en sociedad.
Pero esa sociedad que nos rodea y empapa, que nos irá también dando forma (que formará los
hábitos de nuestra mente y las destrezas o rutinas de nuestro cuerpo) no sólo se compone de
personas, objetos y edificios. Es una red de lazos más sutiles o, si prefieres, más espirituales: está
compuesta de lenguaje (el elemento humanizador por excelencia, como ya vimos en Ética para
Amador), de memoria compartida, de costumbres, de leyes... Hay obligaciones y fiestas,
prohibiciones, premios y castigos. Algunos comportamientos son tabú y otros merecen general
aplauso. La sociedad guarda por tanto información, mucha información. Nuestros cerebros
humanos, puestos en marcha por el lenguaje, empiezan a tragar desde pequeñitos toda la
información que pueden, digiriéndola y almacenándola. Vivir en sociedad es recibir constantemente
noticias, órdenes, sugerencias, chistes, súplicas, tentaciones, insultos... y declaraciones de amor.
La sociedad nos excita, nos estimula, nos pone a cien; pero la sociedad nos permite, además,
relajarnos, sentirnos en terreno conocido: nos ampara. La selva, el mar, los desiertos también tienen
sus leyes, su propia forma de funcionar, pero no están a nuestro servicio y muchas veces pueden
resultarnos hostiles o peligrosos, incluso letales. La sociedad se supone que está pensada por
hombres como nosotros y para hombres como nosotros: podemos comprender las razones de su
organización y utilizarlas en nuestro provecho. Digo «se supone» porque a veces en la sociedad hay
cosas tan incomprensibles y tan mortíferas como las peores de la jungla o del mar. Probablemente
los judíos hospedados por los nazis en campos de concentración o los muchos que hoy padecen los
horrores de la guerra y de la persecución (política, religiosa, la que sea) no se imaginarían más
desdichados en pleno desierto o en una isla remota, batida por tempestades. Sin embargo, sigue
siendo cierto que lo más natural para vivir como hombres es precisamente la sociedad. No se trata
de elegir entre la naturaleza y la sociedad, sino de reconocer que nuestra naturaleza es la sociedad.
En el bosque o entre las olas podemos llegar a sentirnos a veces (por un cierto tiempo) a gusto; pero en la sociedad nos sentimos a fin de cuentas nosotros mismos. De la naturaleza somos
biológicamente productos, pero de la sociedad somos humanamente productos, productores y
además cómplices... Ése debe ser el motivo por el que soportamos con más resignación los
inconvenientes de la naturaleza que los de la sociedad: los primeros pueden resultarnos un fastidio o
una amenaza, pero los segundos constituyen una traición...
Primer problema a resolver (o primera contrariedad a asumir, si lo prefieres así): la sociedad
nos sirve, pero también hay que servirla: está a mi servicio, pero sólo en la medida en que yo me
resigne a ponerme al suyo. Cada una de las ventajas que ofrece (protección, auxilio, compañía,
información, entretenimiento, etc..) viene acompañada de limitaciones, de instrucciones y
exigencias, de reglas de uso: de imposiciones. Me ayuda pero a su modo, sin preguntarme cómo
preferiría yo en particular ser ayudado. Y la mayoría de las veces, si pongo pegas a sus
imposiciones o rechazo su ayuda, me castiga de un modo u otro. En una palabra, con la sociedad de
los demás humanos no tengo forma de guardar las distancias: siempre estoy comprometido con ella
en cuerpo y alma, más comprometido a menudo de lo que yo quisiera. Cuando uno se da cuenta de
esto (en la niñez instintivamente primero y luego, de modo más consciente, en la adolescencia)
siente irritación y ganas de rebelarse. Yo no he inventado todas esas reglas y obligaciones ni nadie
me ha pedido mi opinión sobre ellas: ¿por qué tengo que respetarlas? ¿De dónde vienen? ¿Pueden
ser cambiadas de forma que resulten más a mi gusto?
Llegamos a uno de los puntos importantes de este asunto y de todo lo que voy a intentar decirte
en el presente librito. Si esto fuera una película, ahora sonaría un redoble de tambor: ¡ranrataplán!
Atención: las leyes e imposiciones de la sociedad son siempre nada más (pero también nada menos)
que convenciones. Por antiguas, respetables o temibles que parezcan, no forman parte inamovible
de la realidad (como la ley de la gravedad, por ejemplo) ni brotan de la voluntad de algún dios
misterioso: han sido inventadas por hombres, responden a designios humanos comprensibles
(aunque a veces tan antiguos que ya no seamos capaces de entenderlos) y pueden ser modificadas o
abolidas por un nuevo acuerdo entre los humanos. Por supuesto, no debes confundir las
convenciones con los caprichos, ni creer que lo «convencional» es algo sin sustancia, una bagatela
que puede ser suprimida sin concederle mayor importancia. Algunas convenciones (llevar corbata
para poder entrar en cierto restaurante o no ponerse calcetines blancos para que le dejen a uno bailar
en cierta discoteca) expresan solamente prejuicios bastante tontos, es verdad, pero otras (no matar al
vecino o ser fiel a la palabra dada, por ejemplo) merecen un aprecio muchísimo mayor. No todas las
convenciones son de quita y pon: muchas de ellas tienen efectos decisivos sobre nuestras vidas y
piensa que sin ninguna convención en absoluto (el lenguaje mismo es convencional...) no sabríamos
vivir.
Decir que costumbres y leyes son convencionales, además, no equivale a negar que se apoyen
en condiciones naturales de la vida humana, es decir en fundamentos nada convencionales. Los
animales tienen mecanismos instintivos que les obligan a hacer ciertas cosas y les impiden hacer
otras. De este modo, la evolución biológica protege de peligros a las especies y asegura su
supervivencia. Pero los seres humanos tenemos unos instintos menos seguros o, si prefieres, más
flexibles. Los bichos aciertan casi siempre en lo que hacen, pero no pueden hacer más que unas
cuantas cosas y pueden cambiar poco; por el contrario, los hombres nos equivocamos
constantemente hasta en lo más elemental, pero nunca dejamos de inventar cosas nuevas...
hallazgos nunca vistos y también nunca vistos disparates. ¿Por qué? Porque además de instintos
estamos dotados de capacidad racional, gracias a la cual podemos hacer cosas mucho mejores (¡y
mucho peores!) que los animales. Es la razón la que nos convierte en unos animales tan raros, tan
poco... animales. Y ¿qué es la razón? La capacidad de establecer convenciones, o sea, leyes que no
nos vengan impuestas por la biología sino que aceptemos voluntariamente. Por medio de la razón
patentamos suplementos y complementos a nuestros instintos. Somos, a ver si me entiendes,
instintivamente racionales. Los animales no tienen más código que el código genético; nosotros
tenemos también el genético, desde luego, pero además el código penal, el código civil y el código
de la circulación... entre muchos otros. Esas leyes que pactamos entre nosotros y que obedecemos
con la cabeza (y no sólo con el programa celular) no son ni puramente instintivas ni puramente
racionales, sino que mezclan estímulos distintos y a veces paradójicos. Como las convenciones vienen en parte del instinto, su objetivo último es el mismo que sirve de base a todos los instintos:
la supervivencia de la especie. Pero como son también instintivamente racionales, además de
sobrevivir responden al deseo de vivir más y mejor.
Porque las sociedades humanas no son sencillamente el medio para que unos animaluchos algo
tarados como somos los hombres podamos vivir un poco más seguros en un mundo hostil. Somos
animales sociales, pero no somos sociales en el mismo sentido que el resto de los animales. Antes te
he dicho que la diferencia fundamental entre los demás animales y los humanos es que nosotros
tenemos «razón» además de instintos. Pero la verdad es que los animales también tienen un brote de
razón, una cierta capacidad de improvisación e inventiva que les permite despegarse del
funcionamiento automático de sus instintos genéticamente programados. Desde luego, la diferencia
de intensidad es tan grande que apenas podemos hablar de «razón» animal como lo hacemos de la
humana: ¡no es lo mismo ser capaz de dar un paso adelante que batir el récord de los cien metros
lisos... aunque quien bate el récord empieza siempre dando un primer paso adelante! Pero a fin de
cuentas a lo mejor se trata sólo de una cuestión de dosis en la administración de idéntico producto.
Puede que el auténtico rasgo distintivo entre animales y (animales) humanos sea otro: el de que los
animales se mueren y los hombres sabemos que nos vamos a morir. Los animales viven
esforzándose por no morir; los hombres vivimos luchando por no morir y a la vez pendientes de que
en cualquier momento tendremos que morir. A diferencia de los demás animales, benditos que son,
el hombre tiene experiencia de la muerte y memoria de la muerte y premonición cierta de la muerte.
Por eso los animales «corrientes» procuran evitar la muerte pero ésta suele llegarles sin esfuerzo y
sin alarma, como el sueño de cada noche; en cambio, los humanos no sólo tratamos de prolongar la
vida, sino que nos rebelamos contra la muerte, nos sublevamos contra su necesidad, inventamos
cosas para contrarrestar el peso de su sombra. Aquí reside la fundamental diferencia entre la
sociedad de los hombres y las sociedades del resto de los animales llamados sociales: estos últimos
han evolucionado hasta formar grupos para mejor asegurar la conservación de sus vidas mientras
que nosotros pretendemos... la inmortalidad.
¿No te has preguntado nunca por qué los hombres vivimos de una manera tan complicada? ¿Por
qué no nos contentamos con comer, aparearnos, protegernos del frío y del calor, descansar un
poco... y vuelta a empezar? ¿No hubiera bastado con eso? Nunca falta algún ecologista
bienintencionado que piensa aconsejable volver a la «simplicidad» natural. Pero ¿hemos sido los
hombres «simples» alguna vez? Será hace mucho porque la verdad es que no guardamos recuerdo
ni testimonio más que de hombres complicados. Incluso las tribus más primitivas de las que
tenemos noticia están llenas de inventos sofisticados, aunque no sean más que inventos mentales:
mitos, leyendas, rituales, magias, ceremonias funerarias o eróticas, tabús, adornos, modas,
jerarquías, héroes y demonios, cantos, chistes y bromas, bailes, competiciones, formas de
embriaguez, rebeldías... Nunca los hombres se limitan a dejarse vivir, sin más jaleos: en todos los
grupos humanos hay curiosos, perfeccionistas y exploradores. Es evidente que lo propio de los
humanos es una especie de inquietud que los demás seres vivos parecen no sentir. Una inquietud
hecha en gran medida de miedo al aburrimiento: tenemos —hasta los más tontos— un cerebro
enorme que se alimenta de información, de novedades, de mentiras y de descubrimientos; en cuanto
decae la excitación intelectual, a fuerza de rutina, los más inquietos —¿los más humanos?—
empiezan a buscar, al principio con prudencia y luego frenéticamente, nuevas formas de estímulo. A
uno le da por subir a una montaña inaccesible, éste quiere cruzar el océano para ver qué hay al otro
lado, el de más allá se dedica a inventar historias o a fabricar armas, otro quiere ser rey y nunca falta
el que sueña con tener todas las mujeres para él solo. ¿Dónde hay que echar el freno y decir
«basta»? El ecologista del que antes hablábamos pretende volver atrás, pero ¿cómo? Y ¿cómo
decidir con qué debemos contentarnos, si es la inquietud la que nos caracteriza a los humanos? Se
empieza haciendo cerámica de barro y se llega en seguida al cohete que va a la luna o al misil que
destruye al enemigo; se parte de la magia pero se sigue a trancas y barrancas hasta Aristóteles,
Shakespeare o Einstein... La inquietud nunca falta y siempre crece: ¿para qué soñar con volver
atrás, a la primera y relativa sencillez, si es de atrás y de lo sencillo de donde vienen nuestras
actuales complicaciones? ¿Por qué suponer que no volverán a traernos por el mismo camino, si
fuese posible retroceder hasta ellas?A ese desasosiego, a esa inquietud, a ese miedo permanente al aburrimiento, es a lo que me
refiero cuando te digo que las sociedades humanas no se contentan con la supervivencia sino que
ansían la inmortalidad. Verás: para los humanos, que somos capaces de tener la conciencia previa de
la muerte, de comprenderla como fatalidad insalvable, de pensarla, morir no es simplemente un
incidente biológico más sino el símbolo decisivo de nuestro destino, a la sombra del cual y contra el
cual edificamos la complejidad soñadora de nuestra vida. Remedios reales y eficaces contra la
muerte parece que no hay ninguno: tal como dijo el poeta Borges en una milonga, «morir es una
costumbre que suele tener la gente» y no hay modo de quitársela. En cambio, los remedios
simbólicos, es decir, los que nos sirven de compensación y de cierto alivio ante la certeza del morir,
son de dos tipos: religiosos o sociales. Los religiosos ya los conoces (una vida más allá de la
muerte, inmortalidad del alma, resurrección de los cuerpos, transmigración, espiritismo, etc..) y son
cuestiones en las que no voy a meterme, que bastantes clérigos hay ya en el mundo como para
hacerles yo la competencia. Aquí los que me interesan son los remedios sociales o civiles con los
que los hombres no sólo hemos procurado resguardar nuestras vidas sino sobre todo fortificar
nuestros ánimos contra la presencia de la muerte, venciéndola en el terreno simbólico (ya que no se
puede en el otro).
Te digo que las sociedades humanas funcionan siempre como máquinas de inmortalidad, a las
que nos «enchufamos» los individuos para recibir descargas simbólicas vitalizantes que nos
permitan combatir la amenaza innegable de la muerte. El grupo social se presenta como lo que no
puede morir, a diferencia de los individuos, y sus instituciones sirven para contrarrestar lo que cada
cual teme de la fatalidad mortal: si la muerte es soledad definitiva, la sociedad nos brinda compañía
permanente; si la muerte es debilidad e inacción, la sociedad se ofrece como la sede de la fuerza
colectiva y origen de mil tareas, hazañas y logros; si la muerte borra toda diferencia personal y todo
lo iguala, la sociedad brinda sus jerarquías, la posibilidad de distinguirse y ser reconocido y
admirado por los demás; si la muerte es olvido, la sociedad fomenta cuanto es memoria, leyenda,
monumento, celebración de las glorias pasadas; si la muerte es insensibilidad y monotonía, la
sociedad potencia nuestros sentidos, refina con sus artes nuestro paladar, nuestro oído y nuestra
vista, prepara intensas y emocionantes diversiones con las que romper la rutina mortificante; la
muerte nos despoja de todo y por tanto la sociedad se dedica a la acumulación y producción de todo
tipo de bienes; la muerte es silencio y la sociedad juego de palabras, de comunicaciones, de
historias, de información; etc., etc.. Por eso la vida humana es tan compleja: porque siempre
estamos inventando cosas nuevas y gestos inéditos contra las aborrecidas pompas fúnebres de la
muerte. Y por eso los hombres llegan a morir contentos en defensa y beneficio de las sociedades en
las que viven: porque entonces la muerte ya no es un accidente sin sentido, sino la forma que tiene
el individuo de apostar voluntariamente por lo que no muere, por aquello que colectivamente
representa la negación de la muerte. Y también por eso los hombres sienten el aniquilamiento de sus
comunidades como un triunfo de la muerte más grave y terrible que cualquier muerte individual...
La muerte es lo «natural»; por eso la sociedad humana es, en cierto modo, «sobrenatural», un
artificio, la gran obra de arte que los hombres convenimos unos con otros (es la convención que nos
reúne y también lo que más nos conviene), el verdadero lugar en que transcurre esa mezcla de
biología y mito, de metáforas e instintos, de símbolos y de química que es nuestra existencia
propiamente humana. Aristóteles dijo que somos «animales ciudadanos», seres de naturaleza
política, es decir, seres de naturaleza... un poco sobrenatural. De modo que por eso estamos aquí
reunidos. Ahora ya podemos empezar a preguntarnos por las formas mejores de organizar nuestra
reunión y por los peligros que comprometen este congreso en que vivimos.Vete leyendo...
«La razón de que el hombre sea un ser social, más que cualquier abeja y que cualquier animal gregario, es clara.
Pues la naturaleza, como decimos, no hace nada en vano. Sólo el hombre, entre los animales, posee la palabra. La voz
es una indicación del dolor y del placer, por eso también la tienen los otros animales (pues su naturaleza alcanza hasta
tener sensación de dolor y placer e indicarse esas sensaciones unos a otros). En cambio, la palabra existe para
manifestar lo conveniente y lo dañino, así como lo justo y lo injusto. Y esto es lo propio de los humanos frente a losdemás animales: poseer, de modo exclusivo, el sentido de lo bueno y lo malo, lo justo y lo injusto y las demás
valoraciones. La participación comunitaria en éstas forma la casa familiar y la ciudad» (Aristóteles, Política).
«El idioma de los romanos, quizá el pueblo más político que hemos conocido, empleaba las expresiones "vivir" y
"estar entre los hombres" o "morir" y "cesar de estar entre los hombres" como sinónimos» (H. Arendt, La condición
humana).
«La vida política no es, sin embargo, la forma única de una existencia humana en común. En la historia del género
humano el Estado, en su forma actual, es un producto tardío del proceso de civilización. Mucho antes de que el hombre
haya descubierto esta forma de organización social ha realizado otros ensayos para ordenar sus sentimientos, deseos y
pensamientos. Semejantes organizaciones y sistematizaciones se hallan contenidas en el lenguaje, en el mito, en la
religión y en el arte» (E. Cassirer, Antropología filosófica).
«¿Se han parecido, pues, todos los siglos al nuestro? ¿El hombre ha tenido siempre ante los ojos, como en nuestros
días, un mundo donde nada concuerda, donde la virtud carece de genio y el genio de honor; donde el amor al orden se
confunde con el amor a los tiranos y el culto santo de la libertad con el desprecio hacia las leyes; donde la conciencia no
arroja más que un dudosa claridad sobre las acciones humanas; donde nada parece ya prohibido, ni permitido, ni
honrado, ni vergonzoso, ni verdadero, ni falso?» (A. de Tocqueville, La democracia en América).
Actividad a desarrollara,
Después de leer este Capitulo identificar y mencionar los 10 aspectos mas importantes del mismo.
Daniela Villalobos Reyes,ISemestre programa ética y cultura política
ResponderEliminarAcontinuacion mencionaré 10 aspecto que persivi de la guía.
1.se puede entender que es maravillosa la oportunidad de nacer,existir estar en este mundo y ser parte de la sociedad que tiene sus falencias,pero igual yo hago parte de ella por ese debemos de ser gestires para cambiar la historia.
2.poder entender que nosotros captamos desde niños empezamos a guardar información en el celebró la vida se trata de cada día superar los obstaculos y la sociedad es nuestro medio y nos brinda la oportunidad de conocer a diferentes personas nos cobija sin importarle nada.
3.La base fundamental es ser tolerantes ante las diferentes personalidades y situaciones y ante el poder político ,la discriminación de la religiones pero aun asi es nuestra sociedad,ciudad,nación.
4.Unos de los principales problemas si hablamos de la sociedad es,ella nos aporta pero yo debo tambien dar de mi porque ella me enseña a convivir e incluso me da servicios y beneficios que suplen algunas de mis necesidades.
5.No se debe vivir de los caprichoso es de la realidad y si nos equivocamos pero aprendemos y mejoramos logrando asi nuestra meta porque somos difentes a los aanimales porque " razonamos "aunque nos parescamos un poco a ellos.
6.Unas de las características que tiene un ser humano es la inquietud hacia todo y la más grande es la supervivencia pero nos ancia en conocer la forma de si podemos llegar a ser inmortal, sin descartar que la religión nos dice que hay vida mas alla de la muerte.
7.La muerte ni es solo morir en cuerpo,hay diferentes mentalmente " no puedo" fisica me canso mucho,económicamente no tengo los medios necesarios pero nuestros apoyo es la sociedad !Familia!sin saber que puede haber una persona en condiciones peores que luchan su día a día
8.se puede comprender que no somos animales somos personas pensamos y racionamos y sentimos por esa nuestra actuaciones deben ser correcta y transparentes y somos capaces.
9.Comprendemos que más que una palabra SOCIEDAD es mi núcleo de vida y vivir,cada uno aporta a ella independencia si es justo o injusto aun debería ser lo justo para en un futuro construir un mejor mañana a las generaciones venideras.
10.De todo lo anterio se resume a la manera de ver al ser humano y sus miedo,su socialización y que la política sea convertido es un poder que hoy las cosas malas ya son comunes y las buenas son raras que mi celebró no es una masa en la cabeza,debemos razonar ante cualquier situación de la vida !no ser más animal!seres humanos capaces.
Yara baquero blanco,admon de la seguridad social, etica y cultura politica.
ResponderEliminar1.La primera percepcion que vemos los hombres es el rostro y el rastro de otros seres humanos como nosotros.
2.Estar en el mundo es estar entre humanos, vivir para la bueno y para lo menos bueno,para lo malo tambien.
3.Nuestros cerebros humanos puestos en marcha por el lenguaje empiezan a tragar desde pequeñitos toda la informacion.
4.la sociedad nos estimula, nos pone a vivir,a sentir en terreno conocido: nos relaja.
5.La Sociedad nos sirve, pero tambien hay que servirle a esta a mi servicio pero solo en la medida en que yo me resigne a ponerme al suyo.
6.somos animales sociales, pero no somos sociales ene el mismo sentido que el resto de los animales.
7.lo propio de los humanos es una especie de inquietud que los demas seres vivos parecen no sentir.
8."morir es una costumbre que suele tener la gente" y no hay modo que quitarsela.
9. Solo el hombre, entre los animales, posee la palabra.
10.la vida politica no es, sin embargo la forma unica de una existencia humana en comun.
Daladier vidal hoyos
ResponderEliminarAdmon de la seguridad social #1 semetre etica y cultura politica
Los siguientes 10 aspectos
1.nos eseña a comtemplar la vida y lo que nos rodea
2.aprender a vivir en sociedad ya q esto nos eseña muchas cosas importantes en nuestro crecimiento personal
3.que la sociedad tambien nos eseña que hay que servirla esta a mi servicio pero solo a la medida en que se resigne al ponerme al suyo
4.nos eseña que la sociedad tiene normas y leyes y que hay que respetarlas
5.nos diferencia de los animales ya que estos son unos seres irracionales y ellos actuan por instinto y tambien contienen codigo genetico solamente en cambio los seres humanos podemos encontrar como codigo genetico, codigo civil y codigo de circulacion entre muchos otros.
6. Nos eseña que los seres humanos somos animales sociales pero no somos sociales en el mismo sentido que el resto de los animales
7.dice que los animales ellos tienen mecanismos instintivos que les obligan hacer ciertas cosas y otras no. En cambio los seres humanos tenemos unos mecanismos intintivos menos seguros o mas flexibles
8.los humanos tenemos conciencia y presencia de la muerte y de comprenderla como fatalidad isalvalble
9.tambien nos eseña que la sociedad nos eseña nos estimula y tambien nos permite a relajarnos y a centirnos en terreno conocido
10.tambien el hombre a organizado otros ensayos para ordenar sus sentimientos y pensamientos.
Bueno estos 10 aspectos nos eseñan a como vivir en la sociedad a como nos podemos difererenciarnos de los animales y de como contemplar la vida desde cada punto de vista.
Nataly Cardona Santos.Admon dela seguridad social. 1 semestre, Ética y cultura Política.
ResponderEliminar1.Que nuestros cerebros humanos puestos en marcha por el lenguaje, empieza a tragar desde pequeñitos toda la información que pueden, dirigiéndola y almacenándola.
2.lo mas natural para vivir como hombres es precisamente la sociedad. No se trata de elegir entre la naturaleza y la sociedad sino reconocer que nuestra naturaleza es la sociedad.
3.la sociedad nos sirve, pero también hay que servirla: esta a mi servicio, pero solo en la medida en que yo me resigne a ponerme al suyo. cada una de las ventajas que ofrece( protección, auxilio. compañía, etc)vienen acompañadas de limitaciones y reglas de uso.
4.Es la razón la que nos convierte en unos animales tan raros, tan pocos a animales; porque la capacidad de establecer convenciones, osea leyes que no nos vengan impuestas por la biología sino que aceptemos voluntariamente.
5. Los humanos no solo tratamos de prolongar la vida, sino que nos rebelamos contra la muerte, nos sublevamos contra su necesidad, inventamos cosas para contrarrestar el peso de su sombra.
6.Al miedo permanente al aburrimiento, porque la sociedad no se contenta con la supervivencia sino que busca la inmortalidad y nosotros tenemos la capacidad de entenderla como una fatalidad y como algo del destino en la cual creamos nuestras vidas.
7.La muerte nos despeja de todo y por tanto la sociedad se dedica a la acumulación y producción de todo tipo de bienes, la muerte es silencio y la sociedad juego de palabras, de comunicaciones, de historias. Por eso la vida humana es tan compleja.
8.el hombre siempre ha tenido frente a sus ojos un mundo donde nada concuerda, donde la virtud carece de genio y el genio de honor, donde el amor al orden se confunden con el amor a los tiranos, donde nada parece estar.
9.Las leyes e imposiciones de la sociedad son siempre nada mas, pero también nada menos que convenciones que han sido inventadas por el hombre.
10. No todas las convenciones son de quita y pon, el lenguaje mismo es convencional y sin el no sabríamos vivir.
Elizabeth Mora Soto Admon. Seguridad Social
ResponderEliminar1° Debemos ponerle sentido a todas las cosas que tenemos a nuestro alrededor como: la naturaleza, las cosas pequeña que nos muestra la vida, y que a cada momento hay que saberlo aprovechar.
2° La sociedad a puesto en marcha y en práctica, desde pequeñitos toda la información que puedan almacenar para dar a conocer a las demás generaciones.
3° La sociedad, nos presenta ventajas como: relajación y sentirnos en terreno propio, como también desventajas que nos hacen sentirnos incómodo, tristes, insatisfechos.
4° Existen algunas convensaciones que le exigen a cada persona en un lugar específico, para así tener una sociedad llena de costumbres y leyes que hacen que la vida sea mas humana.
5° La razón juega un papel muy importante en la convención, ya que nos permite tener la capacidad racional, la cual podemos hacer muchas cosas mejores y peores y así aceptar cada situación por si mismo.
6° Somos seres incomprensibles, ya que buscamos el problema y desde ese punto encontramos otro problema que no nos ayuda a resolver las inquietudes y esto hace que nos quedemos con ese problema.
7° La sociedad esta llena de jerarquía, hazañas, logros y cada uno se distingue de los demás, porque tienen posibilidades colectivas y esto se viene formando una monotonía en la sociedad.
8° La muerte nos despoja de todo y por lo tanto la sociedad se dedica a la acumulación y producción de cada problema que se presente, y no tratan de solucionar sino en volver a darse mala vida.
9° El desasosiego de los hombres, es una inquietud a ese miedo permanente al aburrimiento y que complementan que no contentan con la supervivencia de sus vidas.
10° El hombre y el animal poseen la voz de indicación del dolor, del placer e indican unas sensaciones que manifiestan lo conveniente y lo dañino, así como lo justo y lo injusto poseen de modo exclusivo el sentido de lo bueno y lo malo.
Margui Sanchez Salazar . Admón de la seguridad social .1 semestre .Ética y cultura política
ResponderEliminar1.La presencia humana: El primer paisaje que vemos los hombres es el rostro y el rastro de otros seres como nosotros , la sonrisa materna, la curiosidad de la gente y las obras realizadas por la mano humana.
2.La sociedad: Llegar al mundo es llegar al mundo delos humanos , vivir para lo bueno y para lo menos bueno, para lo malo también en sociedad.
la sociedad nos rodea y empapa nos ira dando forma , formara hábitos en nuestra mente y las destrezas de nuestro cuerpo.
3.Comportamiento:Algunos comportamientos son tabú y otros merecen general aplauso. La sociedad guarda por tanto información , nuestros cerebros humanos puesto en marcha por el lenguaje, empieza a guardar toda información dirigiéndola y almacenándola.
4.Vivir en sociedad: Vivir en sociedad es recibir constantemente noticias , ordenes ,sugerencias ,chistes ,suplicas , tentaciones , insultos y declaraciones de amor. La sociedad nos excita pero también nos permite ademas relajarnos sentirnos en terreno conocido.
5.La inquietud:Nunca falta y siempre crece ¿Para que soñar con volver atrás a la primera?
Relativa sencillez de lo sencillo es donde vienen nuestras complicaciones, porque ese miedo, ese aburrimiento permanente.
6.Leyes e imposiciones de la sociedad: Son siempre nada mas que convicciones por antiguos respetables o temibles , no forman parte inamovible de la realidad y pueden ser modificadas o abolidas por un nuevo acuerdo entre humanos , las leyes o convicciones son aceptadas voluntariamente.
7.La muerte:Es lo natural por eso la sociedad humana es en cierto modo sobrenatural, un artificio, la gran obra de arte que los hombres convivimos unos con otros , el verdadero lugar donde se da la mezcla de biología y mito.
8.La conciencia: No arroja mas que una dudosa claridad sobre las acciones humanas donde nada parece ya prohibido , ni permitido , ni honrado , ni vergonzoso o ni verdadero ni falso.
9.No se trata de elegir entre la naturaleza y la sociedad ,sino de reconocer que nos podemos desenvolver en ellas en cualquiera de las dos nos adaptamos.
10.Diferencia entre animal y animal social: Los animales no tienen mas código que el código genético y ellos actúan por instinto , en cambio nosotros tenemos el código genético, código civil y de circulación, nosotros tenemos la capacidad de racionar y actuar con la cabeza.
1:La Sociedad nos ampara, y nos hace vivir en comunidad.
ResponderEliminar2: morir es una costumbre que suele tener la gente. y no hay modo que quitarsela.
3:Estar en el mundo es estar entre los humanos, vivir para lo bueno y para lo menos bueno, pa lo malo tambien, en sociedad.
4:Las leyes e imposiciones de la sociedad son siempre nada mas, pero también nada menos que convenciones que han sido inventadas por el hombre.
5:por medio de la razon patentamos suplemento y complementos a nuestros instintos.
6:Nuestros cerebros humanos, puestos en marcha por el lenguaje, empiezan a tragar desde pequeñitos toda la información que pueden ir dirigiendola y almacenandola.
7: La inquietud nunca falta y siempre crece.
8: No se trata de elegir entre naturaleza y la sociedad si no de reconocer que nuestra naturaleza es la sociedad.
9:La sociedad nos sirve, pero tambien hay que servirle a esta a mi servicio pero solo en la medida en que yo me resigne a ponerme al suyo.
10: Remedios Reales y eficaces contra la muerte parece que no hay ni uno.
ANGIE MONTALVO GONZALEZ.
Maria Fernanda rubio admon de la seguridad social 1mer semestre
ResponderEliminar1: nos enseña a ver lo maravillosa que es la vida lo que es un nuevo amanecer y lo que nos da el día a día
2: comprender al hombre a partir de su existencia en ka baturaleza, de vivir en sociedad.
3: la sociedad esta pensada por él hombre y para él hombre,pero todas esas reglas inspiradas por los humanos son bastante antiguas y aun nos siguen rigiendo.
4: observamos a nuestro alrededor contemplar las cosas que como humanos hemos girjadi pero analizamos al hombre inmediatamente al marco que nos da referencia de su compartimiento en la sociedad que vivimos.
5: la sociedad enseña a convivir e incluso dan servicios y beneficios que cubren nuestras necesidades.
6: la muerte nos aleja de todo
7:él hombre se equivoca hasta en lo mas elemtal pero lo sigue intentando
8:la vida humana están compleja por que siempre estamos inventando cosas nuevas y gestos inéditos contra la aborrecidas pompas fúnebres de la muerte.
9:somos animales sociales,pero no somos sociales en él mismo sentido que él resto de los animales.
10somos seres incomprensible por que siempre buscamos problemas a cada momento.
Gina Marcela Vilar Casalla
ResponderEliminar1er Semestre Admón en la Seguridad Social.
10 Aspectos HENOS AQUI REUNIDOS
1: Llegar al mundo es llegar a nuestro mundo, al mundo de los humanos. Estar en el mundo es estar entre humanos, vivir-para lo bueno y para lo menos bueno, para lo malo también- en sociedad.
2. No se trata de elegir entre la naturaleza y la sociedad, sino de reconocer que nuestra naturaleza es la sociedad.
3. En una palabra la sociedad de los demas humanos no tengo forma de guardar la distancia: siempre estoy comprometido en cuerpo y alma, mas comprometido de lo que yo quisiera.
4. Somos animales sociales, pero no somos sociales en el mismi sentido que el resto de los animales.
5. ¿No te has preguntado nunca por que los hombres vivimos de una manera tan complicada? ¿Por que no nos contentamos con comer, protegernos del frio y del calor...y vuelta a empezar? Nunca falta un ecologista bienintensionado que piensa aconsejable volver a la simplicidad natural.
6. Los remedios simbolicos, los que nos sirven de compensación y alivio antes de morir son los religiosos o sociales.
7. Diferencia entre la muerte y la sociedad: si la muerte es sociedad definitiva la sociedad brinda compañia permanente.
8. Por eso la vida humana es tan compleja por que siempre estamos inventando cosas nuevas.
9. Solo el hombre entre los animales, posee la palabra.
10. La vida politica no es sin embargo, la forma única de una existencia humana en común.
EDWIN RAMOS OVIEDO
ResponderEliminarADMON EN LA SEGURIDAD SOCIAL
ETICA Y CULTUIRA POLITICA
HENOS AQUI REUNIDO
1) Etica para amador
2) EL ser humano posee el don de la razon
3) EL pensamiento del hombre hacia la muerte
4) Elconocimiento del ser humano
5) El ser humano es un animal social
6)el lenguaje que utiliza para su comunicacion
7) La muerte es concebida como un proceso natural
8) El ser humano intenta cambiar su estilo convencional
9) El ser humano, es un ser complicado buscando la simplicidad
10) El ser humano es un ser inquieto en busca de los desconocido
Maria Fernanda rubio admon de la seguridad social 1mer semestre
ResponderEliminar1: nos enseña a ver lo maravillosa que es la vida lo que es un nuevo amanecer y lo que nos da el día a día
2: comprender al hombre a partir de su existencia en ka baturaleza, de vivir en sociedad.
3: la sociedad esta pensada por él hombre y para él hombre,pero todas esas reglas inspiradas por los humanos son bastante antiguas y aun nos siguen rigiendo.
4: observamos a nuestro alrededor contemplar las cosas que como humanos hemos girjadi pero analizamos al hombre inmediatamente al marco que nos da referencia de su compartimiento en la sociedad que vivimos.
5: la sociedad enseña a convivir e incluso dan servicios y beneficios que cubren nuestras necesidades.
6: la muerte nos aleja de todo
7:él hombre se equivoca hasta en lo mas elemtal pero lo sigue intentando
8:la vida humana están compleja por que siempre estamos inventando cosas nuevas y gestos inéditos contra la aborrecidas pompas fúnebres de la muerte.
9:somos animales sociales,pero no somos sociales en él mismo sentido que él resto de los animales.
10somos seres incomprensible por que siempre buscamos problemas a cada momento.